Resolver el problema de los exámenes
La situación
En los últimos días, con los exámenes a la vuelta de la esquina, mi Google alertas (que tengo activado para mantener actualizados a mis seguidores de Facebook), no para de enviarme noticias acerca del riesgo de sufrir ansiedad ante los exámenes debido a una mala planificación del tiempo. Y algunos consideran que es muy importante resolver el problema de los exámenes.
Bueno, como dice mi madre, pareciera que algunos acaban de descubrir el Mediterráneo (años más tarde le oí esta misma expresión al insigne filósofo español Gustavo Bueno; ¿será una expresión propia de una misma quinta o es que tengo una madre filósofa?).
No obstante, no está de más recordar y subrayar la importancia de una funcional planificación y organización del trabajo y el tiempo. Como decía Aristóteles: “Un buen comienzo, es la mitad del trabajo”.
Hablo de funcional, porque desde el enfoque estratégico, modelo de terapia psicológica aportado por la Escuela de Palo Alto que ha desarrollado estrategias de problem solving para problemas humanos, el interés se centra en la “funcionalidad” o “disfuncionalidad” del comportamiento de las personas para resolver el problema que consideran tener y su modo de relacionarse con su propia realidad. Lo que es funcional para uno puede ser disfuncional para otro y viceversa.
Cómo funciona
Para unos puede ser más funcional estudiar por las mañanas, para otros por la tarde e incluso habrá aquellos que rindan más y mejorar por la noche. A unos les será más provechoso empezar por lo más “pesado”, ir de lo difícil a lo fácil, y a otros ir de lo liviano a lo que les exija más esfuerzo, de lo fácil a lo difícil. Hay a quienes estarán más “receptivos” empezando por cuestiones nemotécnicas y quienes lo estarán con ejercicios prácticos. Unos necesitarán subrayar, hacer esquemas, resúmenes, fichas, mapas mentales, test… y quienes únicamente necesiten subrayar, o hacer un esquema, o… Quienes subrayen a lápiz o a un solo color y quienes necesiten múltiples colores; quienes necesiten el acompañamiento de música (siempre la misma o mismo estilo o clásica, tecno, rap, etc., según la materia) y a quienes la música es un importante distractor. Los que necesitan descansar unos minutos cada periodo de estudio y los que precisan de despejarse con na actividad física. Y así, podríamos ir (casi) hasta el infinito.
Pero, al igual que para un buen desempeño ante los exámenes, es necesario una organización funcional del trabajo, igualmente es imprescindible cierto grado de ansiedad. Cualquier prueba que exige esfuerzo, aplicación, dedicación, empeño, tesón, constancia, perseverancia, necesita un poco de ansiedad porque es la que nos permite estar más concentrados, atentos, activos, vigilantes. Una cierta dosis de ansiedad se puede mantener y usar funcionalmente.
¿Cuándo la ansiedad se transforma en un problema? Cuando supera cierto umbral, porque ahí la ansiedad comienza a interferir con la capacidad de concentración, de memorización, de exposición y, por ende, comienza el bloqueo, tanto durante el estudio como durante la realización de los exámenes.
Cómo resolver el problema
En el momento que mi nivel de ansiedad va más allá, el comportamiento se vuelve completamente disfuncional y pierdo la gestión de la situación. En el caso que nos ocupa, comienzo a darme mensajes tipo: “concéntrate, relájate, tranquilízate, no te pongas nervioso, céntrate…”. Y cuanto más me doy estos mensajes, cuanto más intento controlar estos parámetros, paradójicamente, más me descontrolo. Entro en un círculo vicioso. Es decir, el intento de solución para controlar la ansiedad se convierte en el problema. Y de una ansiedad “sana”, funcional, pasamos a una espiral ansiógena disfuncional. Como afirmaba Paul Watzlawick, las soluciones intentadas son la principal forma de persistencia del problema psicológico.
Evidentemente, alguien que vive una situación puntual donde la ansiedad superó el umbral funcional, no tiene un trastorno de ansiedad y no necesita recurrir a la psicología clínica. Pero si esta espiral disfuncional, se mantiene y es llevada al extremo, podría convertirse en una patología. Y en estos casos, lo primero es acudir a un profesional que pueda garantizar resultados en tiempo breve, precisamente porque es un trastorno invalidante pero que se puede resolver sin necesidad de fármacos.
Desde la Terapia Breve Estratégica, la intervención para superar y gestionar esta experiencia emocional correctiva negativa que genera la ansiedad “patológica”, se ha de tener una experiencia emocional correctiva positiva: enseñar a la persona a tocar el fantasma, tocarlo y hacerlo desvanecer.
Para concluir con el tema del titulo, seria importante reflexionar sobre la posibilidad de que el principal obstáculo para resolver el problema de los exámenes sea, quizá, que tanta gente se ocupe tanto en resolver el problema de los exámenes.